Una oferta ganadera decreciente, una exportación empoderada por la devaluación y la libertad comercial, y un consumo que se resiste a bajar de los 50 kilos per cápita equivalente anual, determinan que en un contexto económico muy difícil el precio de la hacienda haya acompañado la “súper-inflación”. Habrá que ver si en los próximos meses, con un tipo de cambio oficial casi congelado y una elevada inflación residual, el precio de la hacienda va a poder seguir el ritmo de los demás precios.
La faena se mantiene alta
Aunque ha bajado con respecto al año pasado, la faena de ganado vacuno de los dos primeros meses del año se mantiene alta. En el primer bimestre del año, la matanza (promedio diario) resultó sólo un 3% inferior a la de enero-febrero de 2023, momento de intensa seca, y se ubica todavía bien por encima de los registros de los dos primeros meses de los años 2021 y 2022.
En el caso de las vacas (DTE, Senasa) los envíos a faena de enero-febrero caen un 3,6% con respecto a igual período del año pasado, pero están todavía un 18% por encima del primer bimestre de 2022 y un 21% por encima de 2021, que se pueden considerar años “normales”.
Los envíos a faena de la categoría vaquillonas también siguen altos: bajan sólo un 1% con respecto al primer bimestre del año pasado, pero son un 9% más altos que igual período del 2022 y un 4% superiores a 2021. Debe recordarse que en la “Segunda Campaña de Vacunación contra la Aftosa 2023″, se habría encontrado un stock de vaquillonas un 5% inferior al del 2022, lo que confirmaría que la faena de vaquillonas en los actuales niveles se ubica por encima de los índices (faena/stock) de equilibrio.
Los envíos a faena del primer bimestre de la categoría “novillos” caen un 3,4% con respecto al año pasado, pero están todavía un 4,4% arriba del primer bimestre de 2022 y un 6,1% por encima de 2021. ¿Faena de machos adelantada? En cuanto a los envíos a faena de novillitos, están en el primer bimestre del año un 18% por debajo del año pasado.
En resumen: una faena de hembras (vacas y vaquillonas) que se mantiene alta, debiéndose esperar que caiga en los próximos meses. El porcentaje de hembras en la faena, que en febrero fue del 46,9%, se encuentra todavía en niveles superiores al equilibrio.
Insumos
En los cuatro meses críticos que van desde el 1° de noviembre del 2023 hasta el 29 de febrero de 2024, y mientras la inflación (IPC) en ese lapso fue del 96%, un índice de insumos ponderado se incrementó un 97% y el precio del novillo en Cañuelas lo hizo un 104%.
Una particular atención merece la evolución de los costos ganaderos: un índice de insumos ganaderos ponderado (personal, pasturas, verdeos, silaje de maíz, rollos, alambre, maíz, gasoil) subió en los meses de noviembre-diciembre pasado un 83%, como reflejo de la devaluación, pero en enero este índice se incrementó un 5% y en febrero sólo un 1,8%.
En el primer bimestre del año, incluso, algunos insumos retrocedieron en dólares (personal, silaje, maíz, alambre) después del “overshooting” de noviembre-diciembre. Los insumos ganaderos –al menos los que están incluidos en este índice– han mostrado recientemente una altísima correlación con el tipo de cambio oficial. (Agrovoz)