La Dirección Nacional de Producción Animal, de la Secretaría de Agricultura, ha corregido la metodología de cálculo de las ventas al exterior de carne, y por ende el cálculo del consumo per cápita de carne vacuna. Desde 2019, se comenzó a incluir la categoría “huesos con carne” –resultantes del desposte– en el total de la carne exportada, huesos que en el 2023 totalizaron las 111 mil toneladas, y que en el registro oficial –a diferencia de la mayoría de los otros países ganaderos– pasaron a contabilizarse como “carne”.
Al corregir esta metodología, al sacar el “hueso con carne” de las ventas al exterior y contabilizarlo aparte, el volumen de carne vacuna exportada en 2023 baja de 964 mil a 853 mil toneladas y el consumo interno sube de 49,8 kilos per cápita (con la metodología anterior) a unos 52,2 kilos con el nuevo cálculo.
Precios y volúmenes en EEUU
En la primera semana de febrero, el precio del ternero de invernada de 228 kilos en el mercado de Oklahoma, Estados Unidos, alcanzó un nuevo récord, al cotizar a U$S 7 por kilo vivo, superando el máximo histórico logrado en noviembre de 2014. El novillito de 360-370 kilos, recriado, ya listo para entrar al feedlot, llegó a los U$S 5,17 por kilo, todavía por debajo del récord de septiembre del 2023, cuando cotizó en U$S 5,57 por kilo.
Una vaca de cría vale hoy U$S 2400. Los feedlots están muy complicados por el barro y el clima, y los resultados económicos están por debajo de lo esperado. La producción de carne vacuna de los Estados Unidos se proyecta para 2024 un 5% menor a la del año pasado, lo que se agrega a la caída del 4,7% experimentada en 2023.
Como reflejo de la escasez de carne vacuna, y de la suba de los precios internos del ganado y de la carne, están subiendo los precios de importación; la carne 90% CL (tipo manufactura) desde principio de 2024 ha subido un 10% y ahora los valores que paga el mercado estadounidense son superiores a los que pagan otros mercados, especialmente China.
La economía norteamericana se muestra sorprendentemente robusta, los stocks de carne están bajos, la faena de ganado está cayendo y los procesadores norteamericanos están mostrando una preferencia creciente por cortes de valor intermedio (rueda, pecho) para picar, reflejo de la firme demanda por carne en general y por hamburguesas en particular.
Debe recordarse que en Estados Unidos no menos del 45% de la carne vacuna se consume bajo la forma de picada. “A la luz de los precios internos que tienen hoy los cortes magros para picar, el precio de la carne manufactura importada tiene todavía un recorrido importante para subir. Se pica cada vez más carne, y el volumen de cortes importados de Australia, Nueva Zelandia y Brasil se está mostrando insuficiente. Tanto Australia como Nueva Zelandia, que tienen en Estados Unidos voluminosas cuotas de importación con aranceles muy reducidos, están aumentando semana a semana sus embarques al mercado estadounidense. Brasil y Paraguay, que exportan a Estados Unidos dentro de la cuota de 65 mil toneladas de “terceros países”, probablemente completen el cupo anticipadamente en algún momento de febrero, mientras que Argentina –que tiene 20 mil toneladas anuales adjudicadas– viene cumpliendo esta cuota de manera más lenta.
Los embarques adicionales –fuera de cupo– deberán pagar un arancel del 26,4%, que a la luz de la diferencia de valor de la carne entre los dos mercados (+60%), no sería un obstáculo para aumentar los volúmenes vendidos a Estados Unidos una vez agotada la cuota.
Ahora que se afianza la demanda de Estados Unidos por carne manufactura, se advierte que la demanda doméstica de Australia, de Japón y Corea del Sur por ese tipo de carne, están también muy firmes. (Agrovoz)