La marcha de la economía argentina marca, según el INDEC, que la inflación del mes de octubre fue sólo del 3,3%, cifra que sorprendió a las consultoras privadas y centros de estudio, que suponían un valor situado, cómodamente, por encima del 4%. Con este último dato oficial, la inflación acumulada en los primeros diez meses del año suma un 42,2%, mientras que en la comparación interanual se sitúa en el 50,5%.
Hacia adelante, todo hace suponer que la inflación correspondiente a los meses de noviembre y diciembre se ubicará por encima del 4% mensual, ya que los reacomodamientos de precios y los aumentos en energía y combustibles plantean un combo que difícilmente ubique los cálculos por debajo de estos guarismos.
En ese contexto, la previsión de la mayoría de las consultoras privada continúa ubicando la inflación del presente año dentro de un rango entre el 55% y el 60%. El FMI, por ejemplo, pronosticó un 57,3% para todo el 2019.
Ahora bien: inflación alta, combinada con un proceso de reducción de las tasas de interés nominales en el sistema financiero (ya iniciado desde el Banco Central), plantean la hipótesis de tasas de interés negativas frente a la inflación en algún momento del próximo año. En la foto, esto aún no ocurrió, pero todo indica que la película va indefectiblemente en esa dirección.
En referencia a esta imagen, el titular del Banco Central, Guido Sandleris, expresó el pasado viernes que: “Las tasas de interés reales de los depósitos a plazo fijo se mantuvieron en terreno positivo durante octubre. Un depositante minorista que constituyó un plazo fijo a 30 días a comienzos de mes con una tasa del 55,3% nominal anual obtuvo un retorno real del 1,2%. Por otra parte, un mayorista que colocó a una tasa nominal anual del 60%, logró un rendimiento real del 1,6% efectivo mensual”. En la foto puede ser. La película nos dice otra cosa.
Nuevos instrumentos para nuevas realidades de cara al 2020
Ya hemos expresado en anteriores informes que visualizamos de cara al próximo año, tanto la continuidad del actual cepo cambiario, como también un escenario de tasas de interés negativas frente a la inflación (algo que ya está comenzando a ocurrir, como se analizó en el punto anterior de este mismo informe).
Semejante escenario plantea ciertamente un desafío para aquellas empresas que puedan obtener excedentes en el proceso productivo durante el próximo año y también para las personas que quieran preservar el valor de sus ahorros. Está claro que las alternativas financieras tradicionales serán poco atractivas, debido a lo cual será conveniente explorar nuevos canales de inversión.
Este fue el espíritu a través del cual planteamos el evento de capacitación que motorizamos la semana pasada en Villa General Belgrano, acompañados de la gente de Rosario Finanzas.
Es importante destacar que, en el escenario de la Economía Argentina del 2020, visualizamos nuevamente algunas interesantes oportunidades, desde el punto de vista del crédito para apostar a nuevos proyectos productivos, tal como ya ocurrió en los últimos años del Gobierno de Cristina Fernández.
En ese contexto que consideramos más probable de cara al 2020, creemos que una renovada batería de herramientas a disposición de las empresas Pymes resulta necesaria a los efectos de abordar los siguientes frentes de decisión empresaria. A saber:
a) Alternativas de financiamiento no tradicionales;
b) Herramientas para mejorar la administración del capital de trabajo;
c) Colocaciones en términos de inversión con vistas a inmovilizaciones de mediano plazo y largo plazo;
d) Instrumentos financieros orientados a la cobertura de riesgos.
En ese marco, consideramos que las empresas Pymes deben familiarizarse con instrumentos tales como Cauciones, Factoring, Sociedades de Garantías Recíprocas, Cheques Garantizados para operar en Bolsa, Derivados Financieros, en términos de futuros y opciones, bonos y letras, operaciones combinadas sobre el mercado de divisas para acceder a dólares eludiendo el cepo cambiario.
Mercados agropecuarios
Desde hace algún tiempo venimos sosteniendo que vemos oportunidades en el mercado de las carnes de cara al 2020, debido a una combinación de factores tanto internos como externos. Mientras tanto, está muy claro que la mayor parte de los productores ganaderos no está atravesando un buen momento, debido a los problemas verificados en la demanda interna y también a la sobreoferta de animales que caracterizó al mercado argentino durante los últimos meses.
Como resultado de lo anterior, está claro que la foto sectorial no es la mejor. Sin embargo, seguimos sosteniendo que la película tiene algunos elementos positivos que conviene tener en cuenta de cara al próximo año. Una pieza clave para comprender esta lectura está vinculada a los cambios que se están produciendo en el mercado internacional, donde la peste porcina desatada en China, y que también afecta a otros países del Sudeste de Asia, está generando un hueco en el mercado mundial de proteína animal.
Ya hemos comentado en otros informes, como desde el Sudeste de Asia se está generando una creciente demanda sobre la carne vacuna argentina, lo cual está haciendo que para fin de año casi el 30% de la producción nacional pueda estar destinándose a exportación, un récord histórico que no hemos visto en décadas.
En ese marco, y tal como también habíamos previsto, estamos observando como los chinos ya no sólo compran vacas, sino todo tipo de animales. Se trata de una tendencia que suponemos continuará firme durante todo el año próximo. Por otra parte, cada vez son más los frigoríficos habilitados para exportación, en línea con esta hoja de ruta.
Este cambio de tendencia del mercado explica algunos temas que en otro contexto resultarían casi inexplicables. Es un dato de la realidad, por ejemplo, que actualmente conviven una liquidación moderada de vacas y vaquillonas con una creciente retención para recría de terneros, novillitos y novillos. ¡El mercado está interpretando adecuadamente la película!
Pese a todas estas señales, claramente positivas, persiste en el mercado cierta incertidumbre frente a lo que expresa el cambio de Gobierno, y la posibilidad de que las nuevas autoridades nacionales frenen la exportación, como ya ocurrió en el pasado. Nuestra visión al respecto es que estamos en un nuevo contexto, marco en el cual todo parece indicar que no habrá freno a las exportaciones de carne vacuna en el 2020. El país necesita, si o si, generar divisas para pagar la deuda.
Lic. Carlos Seggiaro – Especial para Mutual DAN y CAMPO total
“La foto del sector no es la mejor”
Así lo afirmó el Lic. en Economía Carlos Seggiaro en su habitual informe semanal. Señaló que pese a haber señales claramente positivas, persiste en el mercado cierta incertidumbre frente a lo que expresa el cambio de Gobierno.