“Las venéreas siguen vigentes y los muestreos insuficientes”

El Dr. Alfredo Martínez, de Laboratorio Azul, comparte una de las principales conclusiones a partir de analizar el uso de qPCR y las técnicas tradicionales de diagnóstico en estas dos enfermedades.

En el marco del 50° aniversario de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNICEN, se llevó adelante en Tandil una jornada organizada en conjunto por Laboratorio Diagnóstico Veterinario Tandil, Laboratorio Azul y toda la Red de Laboratorios con Transferencia de Tecnología y Asistencia Técnica de LAD, en la cual Laboratorio Azul presentó su experiencia en el diagnóstico de Trichomonosis y Campylobacteriosis bovina, comparando el desempeño de las técnicas tradicionales con la qPCR.
La dupla formada por el Dr. Alfredo Martínez, especialista en enfermedades venéreas y Gustavo Combessies, experto en virología y biología molecular, ambos del Laboratorio Azul, se encargaron de repasar los resultados obtenidos.
“Nuestro trabajo se basa en darle un servicio a los veterinarios de campo que nos envían de manera voluntaria las muestras que toman de los bovinos; sobre esta base es que hemos realizado este trabajo”, dejó en claro Martínez en la apertura de su presentación.
Vale decir que quien sirvió de disparador para trabajo presentado por Laboratorio Azul en Tandil fue el Dr. Carlos Campero, del INTA Balcarce, luego de plantear la duda sobre las características de las muestras que efectivamente resultan positivas.
“A partir de este interrogante, decidimos hacerle la prueba tradicional de PCR a todas aquellas muestras que daban positivo a nuestro producto “Trico Azul®”, sin costo adicional para el productor”, continuó Alfredo Martínez.
Fue así que, en seis años, se reunieron muestras de más de 9.500 campos para analizar 265.000 toros, en Trichomonosis, y más de 11.000 establecimientos y 311.000 toros, en Campylobacteriosis.
“De esta última enfermedad, siempre tenemos un número mayor ya que – al ser laboratorio de referencia- realizamos los análisis de aquellos colegas que no tienen la capacidad de analizar este tipo de muestras”, aclaró Martínez. Y continuó: Queríamos saber dónde estábamos parados en cuanto al diagnóstico: la sensibilidad era del 72% en el primer muestreo y con tres, podíamos llegar al 97/98%”.
Números que describen el panorama
Entre los resultados del estudio, se destaca que un 7,1% los rodeos fueron positivos a Trichomonosis y la tasa de infección en toros alcanzó el 0,7%. En Campylobacteriosis, por su parte, el número de rodeos infectados ascendió a 14,7% para el mismo período.
Asimismo, en Trichomonosis y sumando los datos de los seis años, se puede señalar que el 25% de los rodeos positivos realizaron un solo muestreo, mientras que, en los negativos, se alcanzó el 54%.
“Se observa así un déficit de muestreos en los positivos que explicaría, en parte, la persistencia de la infección”, sostuvo Alfredo Martínez, de Laboratorio Azul, en Tandil. Y agregó: “Respecto de Campylobacteriosis, esta situación es similar: 31% de los rodeos positivos realizaron un muestreo y en negativos, ese número trepó al 58%.
Por otra parte, en Trichomonosis, solo un promedio de 3,2% de los rodeos continuaron siendo positivo en años consecutivos, con un máximo del 4%, mientras que un promedio del 87% siempre fueron negativos. En Campylobacteriosis, la cifra promedio de rodeos positivos en años consecutivos fue algo mayor, alrededor de un 5%.
“Entre las principales conclusiones, se puede mencionar que ambas enfermedades siguen vigentes y los muestreos resultaron insuficientes para controlarlas”, afirmó el Dr. Martínez y continuó: “La enorme mayoría de los rodeos son negativos al análisis bianual”.
Más allá de esto, desde Laboratorio Azul, Gustavo Combessies destacó que la irrupción de la qPCR modificó esta situación, detectando un mayor número de muestras que el cultivo en medio Trico Azul®, en base a los datos preliminares alcanzados este año.
“Hay muchos parámetros a tener en cuenta a la hora de estandarizar la qPCR, hoy queremos desarrollar dos de ellos: la sensibilidad y especificidad analítica y diagnóstica, siendo este último uno de los indicadores principales de rendimiento para una prueba de este tipo”, aseguró Combessies. Y completó: “Allí juegan un papel fundamental la cantidad y calidad de raspajes que se le hacen a cada toro y si la muestra está o no contaminada por orina, sangre o tierra y barro, etc. En ese sentido, los veterinarios muchas veces trabajan en condiciones inapropiadas, pero ante este tipo de muestras deben contemplar que los resultados pueden verse afectados por la calidad de la muestra”.
Más allá de esto, el disertante compartió los resultados logrados luego de que Laboratorio Azul instaurara el uso de la qPCR de rutina para el caso de las enfermedades venéreas en bovinos. “La puesta en duda del cultivo, la escasez de datos a campo y la insuficiente comunicación local sobre la metodología propuesta motivaron este estudio”, resaltó Alfredo Martínez. Y agregó: “Por ello, decidimos plantear dos objetivos: estimar el comportamiento del cultivo Trico Azul®, sobre muestras enviadas voluntariamente por los veterinarios y comunicar los datos preliminares para un análisis más profundo que aporte certezas a los diagnósticos de rutina”. Asimismo, explicó: “Los antecedentes están en el estudio previo, donde las tasas de infección obtenidas en Laboratorio Azul confirmada por PCR tradicional alcanzaba 7,1% de los rodeos y 0,7% en toros. Algo que se sustenta en una reciente encuesta de la AAVLD y en la cual el 71% de los laboratorios afirma que utiliza PCR en sus estudios”.
Laboratorio Azul analizó 2.674 cultivos de Trico Azul®, de los cuales 269 fueron positivas a la observación microscópica. De estas muestras positivas 163 resultaron positivas a qPCR como Trichomona foetus y 106 como Trichomona no foetus. A las 2674 muestras también se les realizó la qPCR, en paralelo con el cultivo; y se obtuvieron 57 nuevas muestras positivas a Trichomona foetus solo por la técnica de qPCR.
Estos resultados indican que “la qPCR detecto mayor número de muestras con Trichomonas foetus que el medio Trico Azul®”, y que “el análisis de las muestras compañeras cuando aparecen cultivos positivos podría ser un excelente complemento para los laboratorios que utilizan medios de cultivo para el diagnóstico, y también es importante señalar que, no detectó todas las muestras positivas al primer muestreo, se necesitaría de repeticiones sucesivas en los establecimientos con la infección presente”, son algunas de las conclusiones más relevantes que aportaron los expositores.
Una red de conocimientos
El encuentro organizado por Laboratorio Azul en la Facultad de Ciencias Veterinarias de Tandil también sirvió para que el Dr. Ramón Noseda recordara la trayectoria de lo que hoy se ha convertido en una red de Laboratorios de diagnóstico a lo largo de todo el país.
“Nuestro objetivo inicial fue el de transferir la mística de nuestro estilo para hacer algo distinto en el campo de la salud animal. Entre las primeras acciones estuvo crear el medio de cultivo y transporte Trico Azul® a partir de componentes traídos desde Uruguay”, recordó Noseda ante el auditorio repleto de la sala magna de la UNICEN.
“Entre 1992 y 1997 transferimos cuatro laboratorios, empezando por el de Olavarría. Luego, vinieron muchos más. Hoy, 11 de esos laboratorios ya llevan más de 17 años de vida, de los cuales no somos propietarios, sino que nuestro lazo se basa en la confianza”, agregó.
Y cerró: “Aún en momentos que no eran positivos para nuestro país, hemos logrado poner en marcha y sostener esta red de laboratorios hasta nuestros días”. (Motivar)

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