Buenas prácticas en la vacunación y el manejo de la hacienda

En la Exposición Rural de Palermo, se realizó una capacitación para cabañeros apuntando a evitar errores comunes a la hora de aplicar productos veterinarios. El especialista Marcos Gimenéz Zapiola hizo una demostración en la pista central.

Las buenas prácticas fue el eje de una jornada de capacitación destinada a cabañeros, que Biogénesis- Bagó organizó en la Exposición Rural de Palermo.
“La idea es capacitar a los cabañeros para que puedan diferenciar el manejo de los diferentes productos veterinarios, como un antibiótico, un antiparasitario o una vacuna, que necesitan un cuidado especial de la cadena de frío”, dijo a Valor Carne el M.V. Juan Cruz Muriel, Gerente del Servicio Técnico de la firma.
En ese sentido, el profesional dio recomendaciones sobre algunos aspectos a tener en cuenta previo a la vacunación, como saber cuántos animales hay que inmunizar, chequear la fecha de vencimientos de las dosis, supervisar el instrumental y contar con instalaciones adecuadas.
Entre otros temas, repasó cómo debe ser el proceso de la vacunación y los puntos de aplicación para evitar abscesos que pueden provocar decomisos en el frigorífico.
La charla también sirvió para profundizar sobre aspectos básicos de inmunidad como la necesidad de dar una primera y una segunda dosis en un lapso de 20/30 días.
“Cuando se vacuna, lo que estamos buscando es producir en el animal una pronta respuesta inmune cuando se enfrenta con un virus o una bacteria. Entonces, cada vez que vacunamos por primera vez a un animal lo ideal sería hacer dos dosis con un intervalo de 30 días”, sostuvo Muriel. ¿Por qué? “Porque la respuesta inmune de la primera dosis no es tan específica, mientras que al dar la segunda estamos brindando una mucho mayor, más duradera y más específica, generando una base sólida de inmunidad”.
Otro efecto indirecto, es la inmunidad poblacional. “Muchas veces los animales no responden de la misma manera a la vacuna, pero si tenemos rodeos protegidos esos animales que no montan una buena respuesta inmune van a estar resguardados”, destacó.
Además, recomendó tratar de vacunar los rodeos cada seis meses “que es aproximadamente el tiempo en que la mayoría de las vacunas que se usan en la Argentina van perdiendo su capacidad de inmunidad”.
Para Muriel, es necesario reiterar estas recomendaciones básicas porque muchas veces no se tienen en cuenta. “El gran ejemplo son las enfermedades reproductivas. A veces nos cuesta preñar una vaca por fallas en la fertilidad o se producen abortos por enfermedades como la leptospirosis que podemos controlar con la vacunación”, sostuvo.
También puso el acento sobre las enfermedades respiratorias en los sistemas de engorde intensivo. “La neumonía es responsable del 30/35% de las muertes de un feedlot. Cuando ingresamos animales sin historia de vacunación previa, vemos que están más expuestos a enfermar mientras que cuando ya vienen vacunados, la incidencia es mucho menor. Ahí, radica la importancia de la doble dosis”, agregó.
Errores comunes
Por último, Muriel repasó algunas falencias reiteradas a la hora de la aplicación.
En el caso de los antiparasitarios, un error puede surgir del cálculo de la dosis. Por ejemplo, para aplicar en un lote de terneros “se suele calcular el peso promedio de la tropa, lo que provoca que los animales más pesados queden subdosificados, generando una tendencia a generar resistencia”, planteó. Y enfatizó: “siempre la dosis se debe calcular en base al animal más pesado, para que todo el lote quede con buena cobertura”.
Otro problema, surge cuando se calcula mal la cantidad de dosis necesarias para un rodeo y al quedar pocos animales el vacunador se da cuenta de que no alcanza para todos. “En este caso, generalmente comienzan a reducir la dosis para completar la tropa. No hay que hacer eso, es preferible que queden 25 animales sin vacunar en lugar de 50 mal vacunados. En ese caso, hay que identificar los que quedaron sin la aplicación y hacerlo en otro momento”, subrayó.
Por último, recalcó la importancia de cuidar la cadena de frío. “La vacuna pierde su estructura por lo que el sistema inmune del animal no va a hacer un reconocimiento de lo que necesitamos, afectando la base de inmunidad”, concluyó.
El buen manejo
Posteriormente, en la pista central de Palermo, el especialista Marcos Giménez Zapiola realizó una demostración práctica sobre el manejo del ganado vacuno, respetando el bienestar animal.
“Tenemos que desterrar la idea de que el ganado nació para llevarnos la contra y hacernos renegar y debemos trabajar entendiendo cómo se mueve, aprovechando su propio movimiento, para conseguir que vaya dónde nosotros necesitamos”, afirmó.
Utilizando animales del concurso de novillos palermitano, y con instalaciones preparadas para el trabajo de una sola persona, Giménez Zapiola mostró cómo se recibe la hacienda y se la pasa por un antetoril, por un toril; y cómo ingresarlos y sacarlos de la manga. “Con movimientos sucesivos traté de demostrar que no hay que obligar a los animales a hacer lo que queremos sino que hay que guiarlos, conducirlos para que ellos vayan solos por donde necesitamos”, explicó.
“El vacuno quiere es mantenerse relativamente alejado de nosotros entonces tenemos que lograr que ese deseo de alejarse, lo lleve hacia dónde necesitamos que vaya”, dijo. Y resaltó: “esto que parece una utopía o una cosa medio lírica en realidad es muy fácil porque todos los problemas que tenemos con el trabajo del ganado se basan en que uno cree que al ganado tenemos que obligarlo a hacer esas cosas. Es una idea errónea”.
Para Giménez Zapiola, estos conceptos de manejo son importante porque “nos ahorran un esfuerzo enorme y se preserva la calidad de la carne”. Además, planteó, “es un requerimiento de los consumidores que cada vez están más atentos a como se trabaja en el campo”.
“Es necesario hacer las cosas bien porque sus beneficios van desde el trabajo en el campo al resultado empresarial”, finalizó.
De Biogénesis Bagó
La empresa realiza la capacitación a cabañeros en Palermo desde 2013. “Buscamos enfatizar sobre las buenas prácticas de manejo y la aplicación de productos veterinarios; es algo básico para su efectividad. Podés hacer la mejor vacuna del mundo, pero si está mal aplicada o manejada, no va a servir”, dijo el M.V. Miguel Gimenez Zapiola, Gerente de Relaciones Institucionales de la firma.
También resaltó que llevar adelante la tarea en la Exposición Rural es estratégico porque “viene mucho personal acompañando a los animales y se produce una renovación año a año”, además de aprovechar “la experiencia de los veterinarios del servicio permanente de La Rural, del cual la empresa está a cargo desde hace 20 años en forma ininterrumpida”.
“Este año sumamos el trabajo en la pista para profundizar los cuidados que hay que tener en el manejo de los animales, previo a cualquier práctica sanitaria. Una herramienta útil para los cabañeros no solo en esta exposición, sino en todo el país”, finalizó.
Por Marcos Lopez Arriazu, Jefe de Redacción de Valor Carne

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