Qué se espera de la cría ante los avatares del clima

Un especialista del INTA hace una puesta a punto de la sequía en la Cuenca del Salado y estima cuál es el estado corporal de las vacas a partir de las primeras ecografías, así como su efecto en la preñez. “Los campos ordenados que planifican su actividad en forma profesional se verán menos afectados. Cómo recalcular el sistema para tener más comida”, plantea José Otondo. La visión de los técnicos privados.

“Esta primavera en algunas zonas de la región llovió muy por debajo del promedio histórico, cayó sólo un tercio de lo habitual desde noviembre hasta mediados de enero, la estación en que se genera el 70- 80% del forraje del año. Pero esto no afectará de la misma manera a todos los establecimientos”, plantea el Ing. Agr. José Otondo, del INTA Cuenca del Salado, especialista en cómo alimentar a las vacas, sobre todo, a partir del pastizal natural, principal recurso de la zona.
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El mapa muestra cuánto crece el pasto en relación a su promedio histórico. Rojo, menos de lo habitual, verde más de lo habitual.

Si bien tanto la producción de pasto natural, como las pasturas, verdeos de verano y reservas están fuertemente resentidas, existen diferencias según el nivel tecnológico. “La sequía se desató cuando las vacas entraban en servicio. Entonces, aquellos campos ordenados, que tienen organizado el pastoreo, planifican los potreros y la confección de reservas, estaban más prevenidos porque las vacas venían con una buena condición corporal y podían sortear el problema. En cambio, las que llegaron con un estado pobre es posible que no se hayan preñado”, advirtió.
Según Otondo, lo que ya se está viendo en las primeras ecografías es que, los rodeos que tenían un servicio estacionado corto, con buena cabeza de parición, han logrado mantener preñeces relativamente buenas. “Eso se nota en los establecimientos de punta que están haciendo los chequeos en estos días, a principios de marzo. En cambio, en aquéllos donde el servicio venía más retrasado o estacionado largo es muy probable que haya preñeces por debajo de los promedios”, añadió, detallando que ahí el tacto se hace un poco más tarde.
Otro problema asociado a la seca fue el consumo de plantas tóxicas que llevó a cuadros de festucosis, enteque y hasta cornezuelo. “Son eventos que se incrementan cuando falta el pasto por eso se dan más en los campos con menos planificación. La vaca no come lo que quiere y se ve obligada a comer lo que hay. La intoxicación perjudica su estado y hay menos celos. Incluso, la festucosis que se ha visto este verano más que en otros, afecta directamente la preñez. Hemos recibidos muchas consultas de los productores”, comentó.
Por otra parte, como en la primavera-verano los campos acumulan biomasa para consumir diferida en los meses siguientes y hacer reservas como silaje o rollo, la sequía también afectó esa posibilidad. “Habrá menos oferta de comida para el otoño-invierno”, subrayó.

¿Cómo proceder?
“Recalcular qué haremos de aquí en adelante para que alcance. En el mejor de los casos, como a mediados de enero comenzaron las lluvias, ya se habían sembrado verdeos en forma tardía, que de cualquier modo hoy están bastante bien. Pero eran campos que tenían todo listo para hacerlo, de nuevo vemos cómo juega la planificación”, aseveró. En los casos en que no se lograron reservas, “ahora se está empezando a sembrar más verdeos y pasturas. Y, en aquéllos donde predomina el pastizal natural, más resiliente a la sequía, es momento de pastorear los ambientes altos para promocionar especies de invierno. También está la posibilidad de comprar rollos”, aconsejó.
Por otro lado, es necesario disminuir la demanda de comida, evitando retrasos en los destetes. “Esto también lo podrán hacer los campos más ordenados que tienen buena cabeza de parición, eso les permitirá destetar en tiempo y forma. En los otros tampoco convienen postergarlo, a pesar de lograr terneros más pequeños, porque llegarán con menos stock de comida al otoño invierno”, indicó Otondo, agregando que además hay que descargar un poco los potreros. “Es momento de sacar las categorías improductivas, la vacas que están viejas, porque son las que más van a sufrir cuando haya poca comida, no sólo porque no pudimos hacer reservas, sino que además el pasto crece menos”, explicó, aludiendo a que en otoño invierno seguirán los efectos de la sequía.
¿Cómo ayuda el INTA al productor? “Cada quince días generamos un informe del estado del pasto, que muestra cuánto está creciendo, en relación a su promedio histórico. En los mapitas se ve en rojo si crece menos de lo habitual y en verde si crece más. Le sirve al criador para saber dónde está parado y lo ayuda a tomar decisiones”, sostuvo.

Además, junto con la sequía, este verano hubo olas de calor y desde hace un tiempo se está difundiendo semanalmente un índice de estrés calórico que ayuda a planificar el manejo. “Por ejemplo, en los días pico, intensificar las recorridas para que los animales siempre tengan agua y estén en potreros con sombra”, afirmó.
Otra ayuda son las alertas por plantas toxicas. “Antes ocurría una intoxicación en un partido y en los otros se enteraban cuando ya había varios casos más. Ahora la información vuela por las redes y grupos de whatsapp, y además se genera un informe sobre cómo proceder para evitar riesgos”, agregó.
Por último, dos veces al año, se realiza un monitoreo del estado corporal de las vacas. “Con la ayuda de veterinarios privados se chequean 56 rodeos en 52 establecimientos representativos de la Cuenca. Se hace una recorrida y se registra el estado corporal vaca a vaca. Luego se calcula qué porcentaje está por debajo del promedio, que son las que tendrán más dificultades para preñarse”, aseguró.
En este momento se está en pleno monitoreo de otoño. “En las primeras visitas se vio que la condición corporal es inferior al promedio de los últimos años, que se mantenía cerca de tres, un valor ideal. Las vacas venían bastante bien, salvo en la seca de 2008- 2009. Este año es muy posible, me estoy anticipando, que estén por debajo de ese nivel y por lo tanto bajaría la preñez. El año pasado era del 87%, con destetes del 77%, pero en esta oportunidad, podría esperarse una merma sobre todo en los campos menos preparados”, estimó.
Para Otondo, “esta seca remarca la importancia de profesionalizar la ganadería, aprovechando sus mejores valores relativos, que los productores se capaciten y asesoren con técnicos ya que los climas extremos serán cada vez frecuentes”.

Los técnicos privados
Valor Carne también conversó con asesores privados que comentaron la situación de su zona cuando aún no hay datos del impacto de la crisis climática en los indicadores productivos de la cría.
M.V. Marcelo Rojas Panelo, de Azul. “Con mi hijo Javier, también veterinario, atendemos unas 15 mil vacas de productores que tienen de 400 a 1500 madres cada uno. Son campos bien manejados, respetando todos los aspectos sanitarios, obtienen arriba del 90% de terneros por vaca en servicio. ¿La sequía? Los campos más tecnificados que son asesorados también por agrónomos y cuentan con pasturas de festuca y agropiro, se vieron menos afectados porque lo peor arrancó cuando muchas vacas ya estaban preñadas. De cualquier modo, podría ocurrir que la preñez caiga 5-6 puntos, digamos del 97% al 92%. Además, el INTA brinda alertas de estrés calórico que se difunden rápidamente y con eso se evitaron problemas. Los productores ya no hacen trabajos en la manga después de las 10hs de la mañana ni tienen vacas encerradas los días de 40ºC. Hay buena información, ya nadie está desprevenido”.
Ing. Agr. Carlos Sobrero, de Lobos. “En mi zona predominan las extensiones chicas. Antes se hacía cría y ahora se avanzó a la recría e incluso al ciclo completo, todo con alta carga, en forma intensiva, estamos hablando por ejemplo de 230 madres en 160 ha. Los productores logran más del 90 % de preñez y destetes del 85% y, por lo pronto, con la seca, no vi pérdidas de estado corporal. Aquí, los planteos son distintos a lo tradicional, los animales hacen almuerzos, entran dos horas a una pradera y después salen al campo natural, toda la zona se transformó. Más allá del clima, en los últimos dos años los precios de la hacienda y sobre todo de la cría son bastante interesantes como para invertir. La carne superó a la inflación”.
Ing. Agr. Gustavo Franco, de Junín. “Ya veníamos con varios meses de déficit hídrico y a esto se sumó la ola de calor. En la anterior, que fue en enero de 2019, no hace tanto, tuvimos mortandad y este año, con un evento de mayor magnitud, no hubo episodios graves, no salimos en los diarios. Es un gran avance de todo el sector gracias al afinado de los pronósticos, que permiten saber una semana a diez días antes si vienen picos de temperatura. Los productores organizan los trabajos, en los rodeos de cría se monitorea continuamente las reservas de agua, en los encierres se cambió la ración, se prepara con más fibra y menos energía, el movimiento de hacienda también se ajustó a los horarios más convenientes. Fue un aprendizaje muy valioso de los últimos 2 o 3 años con la ayuda de los técnicos del INTA y los privados, las redes y los medios”.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

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