Que el parto de las vaquillonas no termine en una pesadilla

Continuando con sus habituales columnas radiales, el Med. Vet. Waldino Castellucci en el programa CAMPO total radio que conduce Damián Hinding por la Cadena Rural de Emisoras bonaerenses, nuevamente abordó un tema de interés y actualidad. Los partos de vaquillonas suelen ser complicados, algunos tips para evitar un dolor de cabeza y de bolsillo.

La temporada de parición de las vaquillonas, con servicio a los 15 meses de edad, puede llegar a ser una experiencia traumática, si no tomamos en cuenta todas las variables que influyen en el normal desenlace del parto.
El principio de esta historia, comienza en el vientre de la madre de la vaquillona que entoraremos a los 15 meses, hoy ya sabemos que las hijas de madres que tuvieron deficiencias alimentarias en el último tercio de gestación destetaran Hijas que no siempre llegaran en condiciones de desarrollo adecuado para “tomar” servicio a los 15 meses de edad.
Con este dato, tenemos el primer tip para decidir qué hacer con las vaquillonas, si el año en que nacieron fue “difícil”, debemos extremar precauciones y utilizar todas las herramientas que tenemos para minimizar los problemas al parto. Porque es posible que no tengan un desarrollo adecuado por la sub nutrición que tuvieron durante su gestación.
La “historia” continúa con toda la etapa de recría, una vaquillona para llegar con buen desarrollo a los 15 meses debe tener una GDPV promedio desde el destete al servicio de aproximadamente 0,5 kg. No sirve de nada restringir la alimentación a la ternera y mejorar la nutrición en las últimas etapas, llegando al parto con una vaquillona “linda”, el “exterior”, lo que vemos, no siempre se condice con el “interior”, la vaquillona puede tener tamaño, pero por sub nutrición o por un mal control de parásitos, no tener su “cadera” desarrollada, complicando el parto por tener un “canal de parto” deficiente, por un inadecuado control parasitario durante la recría, se pierde, según varios trabajos, un 15% del desarrollo del área pélvica.
La “herramienta” que tenemos para “ver” cómo está el canal de parto de esta vaquillona, es la Pelvimetría, esta técnica permite medir la cadera de la vaquillona y poder seleccionarla por el área pélvica, para una vaquillona de 15 meses, en la práctica diaria selecciono de 140 cm2 en adelante, una vaquillona de esta edad y de un frame 4, divido por el factor 4,6 nos indicará que puede “soportar” al parir un ternero de 30,5 kg de peso. Este factor varía de acuerdo a la edad y al frame de la vaquillona, disminuye o aumenta según peso, frame y edad.
La pelvimetría es una técnica, accesible, al alcance de cualquier productor, y de muy sencilla aplicación, se hace vía transrectal utilizando un instrumento que permite medir dos ejes en la cadera de la vaquillona, estas dos medidas se multiplican y nos da el área pélvica, nada del otro mundo, estimar el canal de parto a “mano”, puede darnos errores, si medimos con el pelvímetro 13 de altura y 11 de ancho nos da un área pélvica de 143 cm2, dividido por 4,6 nos da que esa vaquillona puede parir un ternero de 31 kg de PV al nacer. Si nos equivocamos en 1 cm para arriba o para abajo, o la descartamos porque 12×10 nos da 120cm2, o sobre estimamos porque media 12 x 10 y soportaría un ternero de 26 kg de PV al nacer y 5 kilos de diferencia pueden complicar un parto.
Con el valor de una cesárea, podemos revisar haciendo área pélvica a 100 vaquillonas, con el valor de un ternero que muera en un parto distócico podemos revisar a más de 200 vaquillonas.
Otro dato fundamental es la nutrición de la Vaquillona durante la gestación, si llegan gordas al parto, la acumulación de grasa impide la correcta dilatación del canal blando al parto impidiendo la correcta expulsión del ternero. Si llegan en mal estado posiblemente no tengan la energía necesaria para poder llevar a delante el parto, y aquí juega un papel fundamental la nutrición mineral de Ca y Mg, deficiencias de estos minerales pueden dar partos lánguidos.
La teoría de que restringiendo la alimentación en el último tercio de gestación para que el ternero no crezca de más, está descartada con diferentes estudios que demuestran, que el feto sigue creciendo a expensas de la pérdida de Condición Corporal de la madre. Una combinación genética que dará un peso al nacer determinado, no se modificará por restringir a la vaquillona.
Por lo que esta práctica no solo no favorece el parto si no que complica la performance reproductiva de la vaquillona ya que después de parir le cuesta mucho recuperar estado, porque sus requerimientos nutricionales se ven aumentados por la lactancia.
Después de haber cuidad la nutrición, sanidad y de seleccionar las vaquillonas por área pélvica, debemos elegir el padre, esto es clave, pero lo dejamos para una segunda parte.
Med. Vet. Waldino Catellucci especial para CAMPO total
MP 11429 – wcastellucci@hotmail.com – TE: 2923-690796

 

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