La semana pasada irrumpió en el mercado cárnico un nuevo alerta por parte de China. Tianjin, principal puerto de Beijing, fue el epicentro de un nuevo rebrote de coronavirus, atribuido a una partida de salmón proveniente de Noruega.
Si bien el origen no es más que una hipótesis –dado que el virus no ha sido detectado en la carne sino en la tabla utilizada para cortar- lo cierto que es este episodio ha disparado una rápida respuesta por parte del Gobierno chino, implementando estrictos controles sobre toda la mercadería que arriba a dicho puerto. Tal es así que cada contenedor de carne que arriba a este puerto de Beijing es analizado mediante hisopado de la mercadería a fin de detectar posibles trazas del virus. Sin dicho control, no se permite el retiro de la mercadería. Similares controles estarían comenzando a aplicarse en los puertos de Shangai.
Sin dudas esto representa un nuevo imponderable para el comercio de carnes con este país.
Recordemos que ya a mediados de mayo, China encendía una primera alerta en términos de precios.
A pesar de haber mostrado una reaparición comercial mucho más rápida de la que el mundo aguardaba, la lenta reactivación del consumo doméstico sumado a los elevados stocks acumulados tras la disrupción en la cadena de distribución interna y a los altos volúmenes de importación registrados, llevaron a una caída de los precios internos que se trasladaron rápidamente a una menor paridad de compra para la importación. Claro que detrás de esta lógica también jugó y fuerte el poder de negociación que reúne hoy China, sin la urgencia que acusaba un año atrás por salir a cubrir sus requerimientos internos y en medio de un mercado que aún no ofrece competencia suficiente para contraponer a tal nivel de demanda.
En menos de un mes, los valores de los principales cortes que lleva China registran una caída de más de U$S 1.000 por tonelada. Hasta entonces, si bien los valores negociados representaban cerca de un 30% menos desde los máximos conseguidos en noviembre pasado, se encontraban dentro de los niveles medios convalidados un año atrás. Hoy el escenario es diferente, los valores pagados a mediados de junio se sitúan entre un 25% y 30% por debajo de los niveles de junio pasado y hasta un 50% por debajo de los máximos registrados en noviembre.
Como sigue la historia, es terreno incierto.
Claramente, las medidas de control que están siendo adoptadas al arribo de la mercadería, generará demoras en los despachos hacia los distintos canales de distribución interna. Esto no tardará en repercutir sobre el ritmo de embarques a fin de evitar nuevas congestiones logísticas en destino. Sin embargo, más allá de la reprogramación de embarques que puede llegar a suscitar, representa un nuevo factor de negociación de precios que China sin dudas hará valer.
Estrictamente en lo referente a cuestiones sanitarias, Argentina al igual que Uruguay, no debería presentar mayores inconvenientes. En relación a proveedores como Brasil o Estados Unidos, nos encontramos en una posición de fuerte ventaja en términos de control del virus dentro de la industria frigorífica. La industria local prácticamente no ha sufrido interrupciones en la actividad, y los pocos casos positivos detectados en plantas de faena, fueron rápidamente aislados sin llegar a generar la tan temida circulación dentro del sector. Por lo tanto, estas medidas adoptadas en destino, no deberían representar riesgo alguno para los embarques argentinos. Por el contrario, en caso de endurecerse las barreras de ingreso sobre aquellos orígenes con mayor circulación del virus dentro de la industria cárnica, las exportaciones argentinas podrían verse fortalecidas en términos volumen.
Sin embargo, más allá de la carta comercial que pueda estar ofreciendo este nuevo episodio, la repentina reaparición del virus en Beijing, considerada entre las ciudades más seguras del país, enciende una importante luz de alerta ante la posibilidad de una segunda ola de infecciones con la consecuente reaparición de medidas de bloqueo y contención que tan fuertemente han impactado sobre el comercio mundial, a poco tiempo de conocerse el alcance de esta pandemia.
Otra vez China: Nueva alerta para el comercio de carnes
Representa un nuevo imponderable para el comercio de carnes con este país. Recordemos que ya a mediados de mayo, China encendía una primera alerta en términos de precios.