Producen carne a grano libre de antibióticos

Un laboratorio validó su nuevo probiótico en dietas híper energéticas y a igual consumo obtuvo una ganancia diaria de peso 8,6% superior. Un feedlot comprobó que además hay un beneficio extra al acortar los ciclos de engorde y decidió adoptarlo para exportar cortes diferenciados a nichos de alto valor.

A fines del año pasado, BV Science, la unidad global de negocios de Vetanco y Dr. Bata Ltd. para la nutrición intensiva sin antibióticos, lanzó Rumino-Zyme, un probiótico enzimático que mejora la eficiencia de conversión y previene la acidosis subclínica. Tras su registración en SENASA, el laboratorio puso en marcha una red de ensayos en establecimientos de productores que quieren probar la nueva tecnología y ver el efecto en sus sistemas. El Ing. Agr. Pedro Sueldo, a cargo de la iniciativa, repasó de qué se trata esta innovación y presentó los resultados obtenidos en un feedlot de la firma Óleos del Centro, ubicado en Weisburd, Santiago del Estero.
“Rumino-Zyme contiene un complejo enzimático que degrada parte del componente fibroso de la dieta y esporas de un hongo que ayudan a la proliferación de la microflora benéfica del rumen, incrementado las ganancias de peso”, explicó Sueldo a Valor Carne.
¿Cómo actúa en dietas híper energéticas? “La acción del hongo es clave. Las esporas se activan en el rumen y secuestran el oxígeno presente en esta cavidad, algo fundamental ya que los microorganismos que lo habitan son anaeróbicos”, detalló. Además, al favorecer ciertas poblaciones benéficas, estabiliza el pH ruminal, que hace a la salud del bovino. “Si el pH está por debajo de seis durante algunas horas al día, causa acidosis subclínica”, advirtió y aclaró que aunque el animal no presente síntomas notorios, se producen pérdidas importantes en las ganancias de peso por cambios en los patrones de consumo.
“Los novedoso de esta tecnología es que evita esa acidosis mediante un mecanismo completamente diferente al de un antibiótico o un ionóforo, como la monensina, de uso habitual en dietas de engorde intensivo”, subrayó.
El ensayo
El feedlot de Óleos del Centro cuenta con una capacidad instalada para 5.000 cabezas instantáneas y la medición de la eficiencia productiva se realizó con 1.020 novillos Braford divididos en seis lotes de 170 cabezas cada uno. Sobre una ración con 82% de concentrados, en tres corrales se incorporó 2 gr de Rumino-Zyme por kg/MS y en los otros tres, monensina en dosis habituales, como control. El peso de ingreso de todos los novillitos, recriados por el mismo establecimiento sobre Gatton Panic, fue homogéneo, con un promedio de 362 kg (± 26). El encierre se prologó por 73 días y la dieta incluyó silo de Gatton Panic (16%), grano de maíz partido (40%) y burlanda de maíz húmeda (42%).
El ensayo comenzó el 3 de mayo y al día 33, alrededor de la mitad del período de encierre, se hizo una pesada intermedia, para ver cómo se desempeñaban los animales. “En ese momento no encontramos diferencias entre tratamientos, algo coincidente con los datos experimentales y los de otros feedlots testeados. Las mejoras se empezaron a ver después”, indicó Sueldo explicando que, por tratarse de un producto biológico, necesita como mínimo 10-12 días de acostumbramiento.
“De hecho, como no es una droga, tampoco es dosis-dependiente, si se suministra el doble no se obtienen mejores resultados. Hay una dosis óptima en función de la categoría y la dieta del animal”, sostuvo y agregó que “se volvió a pesar el día 73 y ahí sí se advirtió la ventaja del probiótico”.
Los resultados están a la vista: con Rumino-Zyme se logró una ganancia diaria de 1,59 kg/día mientras el control presentó 1,46 kg/día durante todo el ciclo de engorde.Un aspecto a destacar fue el seguimiento diario del encargado del feedlot. “No hubo diferencias en las bostas entre corrales. Esto es clave porque si los animales tienen problemas de acidosis, se puede ver en su consistencia”, afirmó.
En cuanto al consumo, el establecimiento hace un seguimiento del suministro de alimento por corral y lectura diaria de comederos. “Tampoco hubo diferencias significativas entre tratamientos en esta cuestión. O sea que, a igual consumo, con el probiótico ganaron 8,6% más durante el período de engorde, un ahorro importantísimo”, señaló Sueldo.
El impacto en la cadena cárnica
Damián Manzanelli, Director de Óleos del Centro, le encontró una ventaja adicional a Rumino-Zyme. “Desde que adoptamos dietas híper energéticas e incorporamos el probiótico, aumentamos la rotación de la hacienda increíblemente. Podríamos lograr algo más de tres ciclos de engorde por año”, dijo. Y resaltó: “si bien el producto tiene su precio y al principio la inversión es potente, finalmente la devuelve. Financieramente su incorporación ha sido buena estrategia”.
Tras el ensayo, la firma decidió aplicar el probiótico a todos los animales en terminación. “Faenamos en plantas de primer nivel y el rinde es excelente. Tanto en nuestros novillos como en los de un frigorífico exportador, que recría y engorda en nuestro campo, con la nueva dieta”, reveló.
Óleos del Centro se convirtió en el primer feedlot del país en producir ganado libre de antibióticos. “Nuestra visión es brindar alimentos saludables. Ahora, estamos dando de alta la empresa como exportadora y la idea es posicionarnos en un mercado de nicho para luego escalar internacionalmente”, aseveró. Y adelantó: “ya tenemos nuestro primer destino, apuntamos a restaurantes y hoteles de Emiratos Árabes. Estuvimos en la feria de Dubai, viendo los detalles de los cortes con los importadores y nos están esperando. La carne irá etiquetada como libre de antibióticos”.
En síntesis, la innovación de BV Science, de Vetanco y Dr. Bata, posibilitó un cambio estratégico en el negocio del feedlot, marcando una alternativa de diferenciación para la cadena cárnica argentina. “Con la mejora en la eficiencia de conversión y la mayor rotación de los ciclos de engorde, resulta rentable utilizar el producto. Por otro lado, hay un plus de precio en mercados que valoran este tipo de atributos, que podrá ser capturado por empresas dinámicas”, concluyó Manzanelli.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

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