Si había un día en el año para dudar de hacer un remate era hoy. Un contexto económico extramadamente complicado y de plena volatilidad le ponían un marco casi inédito a la venta de una cabaña. Como dato complementario en las mesas del almuerzo casi ni se hablaba de vacas, la estampida del dólar era una constante. Ni mas ni menos que eso.
El trabajo genético de años, esa pasión ganadera y una financiación interesante eran las cartas que Serranías de Lolen tenía para enfrentar la jornada y realmente salió muy bien.
Muchas manos, agilidad, buenos promedios, una mercadería conocida y con resultados concretos fueron una constante.
La hembra arrancó fuerte con precios superiores y muy superiores a la media, incluso para vientres generales que superaron los promedios de precios de PC y PR, los toros que fueron encontrando uno a uno sus compradores comercializándose absolutamente todo sobre una oferta más que importante de 827 piezas y con valores destacados. Cabe señalar que 10 toros que habían quedado sin vender se comercializaron una vez finalizada la subasta.
Con el martillo de Marcos Achaval, Campos y Ganados como consignataria junto a todo su grupo de representantes -en especial con el local Nano Oliver-, y el gran trabajo de todo el equipo de trabajo de la cabaña liderado por Guillermo Facht, se vendió con plazo de 120 días libres y las opciones de las tarjetas rurales. Éstos son los valores alcanzados:
