Recientemente se ha comenzado a discutir por lo bajo dentro de los organismos oficiales la problemática que queda plasmada en el título de esta nota. Como sucede normalmente en estas ocasiones, el tema fue presentado por algunos privados que desarrollan su profesión en el ámbito de la reproducción animal y específicamente en la producción de ganadería bovina. En honor a la verdad, esto no resulta novedoso, ni se circunscribe solamente a la vacuna contra la fiebre aftosa. El cuestionamiento sobre el efecto embrionario en la preñez temprana que tendrían las potenciales reacciones febriles propias de la inmunización en cualquier especie y ante cualquier agente viene de larga data. Es por esta razón que, en los rodeos ordenados las inmunizaciones no obligatorias se realizan previo al período de servicio, o con una gestación más avanzada (generalmente posteriores al primer trimestre). No obstante, la prioridad sanitaria de controlar definitivamente la fiebre aftosa (dos dosis al 100% del rodeo por año) asociada a una falta de trabajos científicos contundentes que arrojaran luz sobre este tema, relegó la discusión y por ende la búsqueda de alternativas como una posible modificación del calendario de vacunación. Es así que con el cambio de estrategia sanitaria y la modificación de vacunar animales adultos una sola vez al año, se abren nuevas posibilidades.
Al respecto, en los últimos días se conoció una circular del SENASA (la dimos a conocer en éste sitio), que expresa lo siguiente: “ante la coincidencia de las Campañas de Vacunación anfiaftosa y la aplicación de los protocolos de inseminación artificial a tiempo fijo u otras operatividades de índole reproductivo, y con el fin de no dejar ninguna posibilidad que pueda afectar los índices de preñez, se ha definido una excepción que contempla la situación. En este sentido, el productor que aplica estas técnicas; podrá solicitar al Ente Sanitario adelantar la vacunación de las categorías Vacas y Vaquillonas hasta 15 días previo al inicio de la respectiva campaña de vacunación.”
Tal excepción se origina, como lo mencionábamos al principio, en el pedido de varios privados que desarrollan su profesión en el área de reproducción, basados en observaciones personales y en un trabajo realizado en el municipio de Miranda, en Mato Grosso Do Sul, Brasil y publicado por el Journal of Animal Science (ver trabajo original). Tal como lo explica el informe técnico del SENASA, dicho trabajo compara resultados reproductivos de vacas Bos Indicus vacunadas contra fiebre aftosa 30 días antes y 30 días después de ser inseminadas a tiempo fijo. Como resultado el grupo vacunado 30 días previos a la IATF tuvo un 3,9% de pérdidas embrionarias mientras que el grupo que recibió la vacuna 30 post IATF tuvo un 16,5% de pérdidas. Estas pérdidas estarían asociadas a la respuesta inflamatoria inducida principalmente por los adyuvantes presenten en la vacuna, los cuales actúan como estimulantes para potenciar la respuesta inmune.
Ahora bien, las vacunas de aftosa que existen en el mercado Argentino han tenido excelentes resultados (siempre que hayan sido bien aplicadas) como mecanismo de protección contra la enfermedad, y junto a una buena estrategia oficial han logrado mantener a nuestro país como “libre” de la enfermedad. No obstante, se desconoce (por falta de trabajos científicos locales), el efecto que podrían tener en la etapa embrionaria cuando se la utiliza dentro de los 30 días post fecundación, independientemente si la misma haya sido a través de una técnica de reproducción artificial o servicio natural. Por supuesto que los resultados podrían variar respecto del trabajo antes mencionados ya que las condiciones de producción, volumen de la dosis y composición de la vacuna (formulación, elaboración, pureza, concentración de antígenos, adyuvantes utilizados, etc) podrían diferir de los utilizados en nuestro país.
No obstante, teniendo en cuenta todo lo anteriormente mencionado, resulta importante plantear a nuestro criterio que, existiendo una posibilidad cierta de que la vacunación de aftosa podría estar afectando en alguna medida la performance reproductiva de los rodeos que son vacunados dentro de los 30 días posteriores a la fecundación, independientemente si la misma surge a partir de una técnica artificial o servicio natural (que probablemente quede oculta por fecundaciones posteriores a lo largo del servicio), sería prudente evaluar la posibilidad de modificar el calendario de vacunación para las provincias que vacunan la totalidad de los animales en concordancia con la época de servicio de los rodeos. Al respecto cabe señalar que actualmente solo 4 provincias vacunan la totalidad de los animales entre los meses de octubre y diciembre, Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Todas las demás solo vacunan animales menores durante la segunda vacunación del año y la totalidad de los mismos en la primera. Es decir que durante la época fuerte de servicio natural el rodeo de vacas en estas provincias no se vacuna.
En conclusión, y considerando el “costo – beneficio”, entendemos que esta podría ser una buena posibilidad para unificar el calendario de vacunación de aftosa a lo largo del país, haciendo coincidir la vacunación de animales menores durante la temporada de servicio (sin vacunar las vacas y los toros) y dejando para la primera vacunación del año a la totalidad de los animales. Por supuesto que se debería hacer de tal forma de cumplimentar con lo establecido por el programa nacional de fiebre aftosa respecto de la cantidad de dosis de vacuna anual a asegurar para cada categoría de animal y sin entorpecer el funcionamiento de los sistemas de información del organismo sanitario. (Decisión Ganadera)
Aftosa: ¿Afecta la performance reproductiva de los rodeos?
Se desconoce -por falta de trabajos científicos locales-, el efecto que podrían tener en la etapa embrionaria cuando se la utiliza dentro de los 30 días post fecundación, independientemente si la misma haya sido a través de una técnica de reproducción artificial o servicio natural