La cadena de supermercados Whole Foods Market, comprada en forma reciente por Jeff Bezos, el dueño de Amazon, ha manifestado interés en comprar carne argentina. Especializada en alimentos orgánicos y naturales, tiene más de 450 bocas en Estados Unidos, con ventas por valor de 14 mil millones de dólares anuales.
En las visitas recientes que hemos realizado a diferentes sucursales de esta cadena, ubicadas en Nueva York, Boston y otras ciudades de los Estados Unidos, pudimos observar el fuerte énfasis que ponen en la venta de carne “a pasto”. Ya sea en cortes o picada, sea “natural” u “orgánica”.
En pósters, que son verdaderos murales, se destaca el nombre del ganadero proveedor, su distancia de la boca de venta minorista –siempre muy corta–, la ubicación del campo, su superficie y grandes fotos de su grupo familiar.
Se pone especial énfasis en que la carne proviene de ganado tratado de acuerdo a un estricto protocolo de bienestar animal y que nunca ha sido tratado de modo regular con antibióticos ni hormonas. Se destaca asimismo que el animal no está encerrado, que está todo el año sobre pasturas, y que en invierno consume el forraje producido en el mismo establecimiento. Se aclara que todo el ganado es “nacido, criado y faenado en Estados Unidos”.
También se hace mención a que el ganadero suplementa la alimentación pastoril, pero que el grano es “orgánico”, mientras que en otros casos se enfatiza que el productor utiliza el pastoreo racional o rotativo. Tanto los cortes como la carne picada “de pasto” es sensiblemente más cara –hasta 70 por ciento– que la carne choice (preferida) que se puede comprar en otros comercios, algo que los nuevos dueños de Whole Foods han intentado corregir desde un primer momento.
En las grandes cadenas de supermercados, como Walmart, se destaca la oferta de carne grass fed (alimentado con pasto) y “never-ever” (nunca, jamás), que garantiza que la carne proviene de animales no tratados ni con hormonas ni antibióticos. El nicho de mercado para la carne “a pasto” es estimado entre tres y cinco por ciento del total del consumo vacuno en Estados Unidos: entre 360 mil a 600 mil toneladas anuales, y estaría creciendo a una tasa del 40 por ciento anual.
Fiebre africana
La fiebre porcina africana, cuyo primer brote apareció en China en agosto pasado, hoy parece extenderse a otros países limítrofes. Se han reportado en China 115 brotes, pero la mayoría de los analistas sospecha que se está ocultando la gravedad de la situación. Una primera estimación habla de una caída del 16 por ciento del stock de cerdos chino, con un fuerte salto de los precios de la carne porcina, pese a que miles de criadores se están desprendiendo de sus animales.
Según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) se trata de “una enfermedad hemorrágica altamente contagiosa que afecta a cerdos domésticos y cuyas tasas de mortalidad pueden llegar al ciento por ciento”.
El consultor Simon Quilty describió al brote como “imparable” y considera que es capaz de cambiar el balance mundial de carne vacuna, ovina, porcina y aviar por más de 20 años. Asegura, además, que la demanda interna de carne porcina en China cayó 14 por ciento, lo que equivale a 8,34 millones de toneladas.
“Un cambio de sólo un kilo per capita en el consumo de cerdo, redireccionado al vacuno, generaría una demanda mundial adicional de 1,4 millones de toneladas, similar a lo que exporta Australia en un año”, compara Quilty.
China consume 54 millones de toneladas de cerdo y la confianza del habitante en esta carne está en baja. El virus es calificado como muy resistente y “longevo”, ya que sobrevive largo tiempo, inclusive dentro de los alimentos elaborados. (Agrovoz)
La carne pastoril, promocionada y valorada en EEUU
El nicho de mercado para la carne "a pasto" se estima entre 3 y 5% del total del consumo vacuno en Estados Unidos. Por Ignacio Iriarte