Sólo en febrero, la oleaginosa a mayo, en el Matba, ganó nueve por ciento. Hay que remontarse al año de las retenciones móviles para encontrar un salto mayor.
La proyección de que la cosecha de soja en Argentina no superará las 47 millones de toneladas, lo que significa diez millones menos que en la campaña anterior, está generando un fuerte impacto en los precios de la oleaginosa.
“Estamos asistiendo al mejor febrero desde 2008, en términos de precios, para la posición mayo”, señaló este miércoles el especialista en mercados, Iván Barbero, a través de un artículo de análisis que publicó en su portal web.
Según Barbero, los contratos en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), para el mes en que se realiza el grueso de la cosecha de soja, acumulan una ganancia de 26 dólares o nueve por ciento sólo en febrero.
Sólo hay un antecedente de un salto superior, al menos en la última década, y son los 42 dólares por tonelada que ganó la soja mayo en febrero de 2008, una fecha significativa para la Argentina porque, precisamente, esa estampida de las cotizaciones de la oleaginosa fue la que llevó al Gobierno nacional a querer implementar las retenciones móviles, y a despertar un conflicto histórico con el agro.
Buenos precios
Según Barbero, “la relación de precios para soja mayo entre Matba y Chicago, ajustado por retenciones en cada momento, muestra que el mercado doméstico se encuentra en máximos estacionales de 5,4 por ciento por encima de los valores de Chicago (hasta el momento el mayor registro se había verificado en 2009 con una brecha de 2,6 por ciento)”.
Si se contrasta el ratio actual con el que había a comienzos de diciembre, cuando Chicago estaba 0,5 por ciento por encima de la plaza local, se advierte una mejora de seis puntos (en ese momento Chicago costaba 0.5% por encima de la plaza local.
Otro dato elocuente: la relación mayo se ubica muy por encima de la media estacional que es de 0,7 puntos negativa; en siete de las últimas 11 temporadas, la soja doméstica siempre se encontraba por debajo de paridad, a partir de la presión estacional de la cosecha.
“Si pensamos el negocio en pesos, a partir del valor conjunto de un contrato de soja en Matba y del dólar Rofex para el mismo mes, se percibe para mayo, julio y noviembre valores en forma respectiva de 6.411, 6.747 y 7.344 pesos. A esta misma fecha de 2017, para idénticos meses, los valores eran 4.229, 4.426 y 4.788 pesos”, agregó Barbero.
Rentabilidad
En este contexto, para el ciclo en curso, la tasa anualizada en pesos entre mayo-julio y mayo-noviembre se ubica en forma respectiva en 31 y 29 por ciento. Si se las compara con una expectativa inflacionaria del 20 por ciento, “la rentabilidad real es significativa y los estímulos para trasladar las existencias a finales de año son marcados”, consideró Barbero.
Hay un evidente contraste, en este sentido, con lo sucedido un año atrás cuando las tasas eran de entre 28 y 26 por ciento, contra una inflación que en el primer trimestre se ubicaba en 30 por ciento.
Ahora, “para los que tengan la capacidad financiera de trasladar la comercialización más de medio año después de la trilla, esto resulta lo más conveniente”, recomendó Barbero. (Agrovoz)