Toda la recuperación de los precios de la hacienda, que en algunas categorías como el novillo desde diciembre pasado supera el 50%, se ha dado en el marco de una elevada oferta ganadera.
En enero, la faena fue la más alta de los últimos quince años, y en febrero los datos provisorios indican que la faena del último mes alcanzó las 57 mil cabezas diarias, 3% por encima de los ya elevados niveles de enero pasado.
No hubo una restricción de oferta, al contrario, la faena se ubica en el primer bimestre de 2023 en un nivel mucho más alto que en los meses anteriores.
No puede atribuirse esta suba del precio del novillo a la incipiente recuperación de los precios FOB que es importante en el caso del Hilton (50% en dos meses), pero que es muy modesto en el caso de China.
Es cierto, por otro lado, que a la treintena de grandes plantas exportadoras le sorprendió esta suba del ganado en un nivel importante de actividad (Hilton, 481, Israel, Rusia) y no tuvieron más remedio –en el caso del novillo– que acompañar desde atrás la suba del novillo, convalidando semana a semana los incrementos.
El recurso de parar las plantas uno o dos días a la semana, o de adelantar las vacaciones del personal, no logró interrumpir la escalada de precios.
La recuperación ha sido muy desigual: tomando como base los valores de diciembre, el novillo subió un 57% y el novillito un 60%, pero la vaca gorda mejoró 24% y la conserva buena un 11%. El novillo Hilton se recuperó un 51%, y el ternero de invernada, también desde diciembre, subió sólo un 30%.
Ahora, con los primeros días de marzo se observa una aceleración de los envíos a faena, con mucha vaca en ferias y en el Mercado de Cañuelas, y una importante oferta de novillos, la mayoría de feedlot. Sorprende el nivel de reservas forrajeras con que trabaja en general el invernador argentino, reservas que le han permitido mantener alta la oferta de novillos en una situación forrajera extremadamente crítica.
En el Feedlote siguen las dudas sobre el negocio
Al 1° de marzo, y según Senasa, habría 1,64 millones de cabezas encerradas en los feedlots, un 4,2% más que en marzo de 2022.
Pese al elevado nivel de pérdidas económicas de los meses previos, la cantidad de hacienda encerrada sigue siendo muy alta.
El ganado engordado por cuenta de matarifes y frigoríficos que no fue repuesto al finalizar su ciclo, se reemplazó por hacienda propiedad de invernadores y criadores que, a causa de la seca, ya no tienen capacidad de recría o de engorde en sus campos.
Durante el trimestre noviembre-enero último, los ingresos a los feedlots, según los datos del Senasa, alcanzan 1,1 millones de animales, 16% más que en igual trimestre del año previo.
Los egresos, por su parte, en el mismo período fueron 1,24 millones de cabezas (unos 413 mil animales mensuales), 15% más que a noviembre-enero de 2021/2022.
En lo que va del año, la ecuación económica del feedlot ha mejorado, al subir el precio del gordo liviano un 65%, frente a una suba de la invernada del 31% y del maíz de sólo el 13%.
Ahora, el costo por kilo ganado en los corrales se ubica claramente por debajo del precio del gordo.
Los feedlots, que han perdido en el segundo semestre del año pasado el 20-25% del capital de trabajo, desconfían de la situación positiva actual.
“Nadie sabe cuánto va a valer el gordo dentro de tres meses, cuando finalicen los ciclos de engorde iniciados ahora, y nadie sabe lo que va a valer el maíz a lo largo del próximo trimestre, y si además se va a conseguir”, advierten en el sector.
Muchos feedloteros e invernadores admiten que durante el próximo invierno no contarán con el volumen habitual de maíz y silaje, por lo tanto son muy cautelosos en sus compras de invernada. (Agrovoz)