Los “feedlots” se van vaciando, pero la oferta no afloja

Si bien pude haber una moderación de los envíos de bovinos a faena en los próximos dos meses, la sequía tendrá la última palabra. Por Ignacio Iriarte

Una mayor oferta y una menor demanda por parte del consumo y de la exportación se reflejan en un precio de equilibrio para la hacienda que es 35% más bajo en términos reales que seis meses atrás.
La oferta ganadera no se reducirá en el corto plazo, al menos mientras dure la seca; puede haber una moderación de los envíos en los próximos dos meses, porque el feedlot, con niveles récord de pérdidas por animal, parece ahora sí haber comenzado a vaciarse.
Del consumo poco puede esperarse: “Los precios de la hacienda liviana sólo mejorarán, y parcialmente, si se restringe la oferta. El consumidor está acorralado”, aseguran en el sector. La exportación que parece estabilizada en volúmenes relativamente altos (76 mil toneladas en noviembre) ha perdido toda la mejora en los precios FOB que tenía hasta hace pocos meses y que le permitía compensar el brutal atraso (deliberado) del tipo de cambio real.
China, al anunciarse hace 10 días la flexibilización de la estricta política de Covid-19 “0″, dio signos de mejorar su demanda por carne vacuna y de abonar valores más altos.
Pero con el paso de los días, el optimismo ha dado lugar a la incertidumbre: el número de casos con la enfermedad se ha multiplicado exponencialmente y el panorama tiende a complicarse nuevamente.

El rol de los bovinos
En un reciente artículo del BeefHome de Australia, el analista James Nason sostiene que las vacas son las “Lionel Messi de la seguridad alimentaria mundial”. Si tomamos la superficie mundial como una cancha de fútbol, sólo la pequeña superficie de las áreas penales representa la tierra capaz de producir alimentos para el ser humano. El resto son pastizales, que no se pueden convertir en tierra productiva, porque es muy seca, muy húmedo, escarpada, o deficiente en cuanto a la calidad del suelo. El área productiva es muy pequeña y el ganado es absolutamente necesario para sostener el producto de esa tierra no utilizable para alimentar directamente a un ser humano.
El profesor alemán Wilhelm Windisch ha destacado en una conferencia dada recientemente en Dublín, que la agricultura produce una biomasa, que en su mayor parte no es útil para la alimentación humana: “Por cada kilo de alimento directamente utilizable se producen otros tres a cinco kilos de biomasa no útil para la alimentación humana”, comparó. En el caso del trigo, por ejemplo, por cada kilo de grano producido se producen dos kilos de biomasa no utilizable. Aprovechar esa enorme biomasa no utilizable directamente por el ser humano es uno de los “superpoderes no reconocidos de los rumiantes”.
Es un proceso de “win-win”: el ganado transformando una enorme biomasa en carne y leche, mientras produce además con la bosta millones de toneladas de fertilizante orgánico, lo que permite aumentar justamente la producción “vegana”.
Se considera a menudo como muy eficiente la producción de carne aviar, pero los pollos consumen alimentos “veganos”, mientras que el vacuno convierte biomasa inutilizable en alimento (carne y leche) de alta calidad. “Los rumiantes son necesarios para mantener la seguridad alimentaria mundial. Tenemos que maximizar la producción de alimentos de la tierra arable del mundo, pero tenemos todavía mucha biomasa no utilizable para aprovechar”, destacó. (Agrovoz)

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