En las veterinarias argentinas dedicadas a asesorar establecimientos ganaderos no deberían venderse ni fármacos, ni vacunas. Ni siquiera servicios de tacto. El foco sin dudas debería estar puesto en ofrecer planes sanitarios preventivos, no como solución mágica y generalizada, sino como puerta de entrada a un trabajo planificado que redunde en la sustentabilidad de los planteos productivos.
Pero a nivel general esto no pasa. Son contados los casos de veterinarias cuya carta de presentación ante los productores es un plan sanitario que demuestre, no solo conocimiento sobre las problemáticas de la región, sino también la voluntad de trabajar de manera organizada y planificada.
Es cierto que no hay recetas mágicas, ni generalizadas, pero el hecho de que la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios haya estimado que el impacto de las enfermedades en las distintas etapas de la ganadería local (principalmente en la producción de carne) generara pérdidas totales por US$ 2.500 millones, debería al menos convocar a la reflexión sobre ese punto. Sobre todo, cuando las mermas indicadas por Caprove para el año 2021, se basan principalmente en no haber podido prevenir la ocurrencia de afecciones reproductivas, parasitarias, infecciosas y metabólicas, entre otras.
¿Se imaginan si cada veterinaria tuviera su propuesta de manejo sanitario preventivo disponible para sus clientes? ¿Sería exponerse demasiado? ¿Serviría para solucionar los problemas actuales?
En este marco, Caprove dio un paso más en su búsqueda por difundir la importancia de invertir en la buena sanidad de los rodeos, al unificar los criterios de los principales referentes técnicos de sus laboratorios asociados (nacionales y multinacionales) para generar planes sanitarios que sigan los pilares básicos a cumplimentar en los establecimientos bovinos para iniciar un proceso de mejora.
Son ejemplos. Pero sirven para graficar la posibilidad de sumarse a la iniciativa.
“Obviamente nuestra propuesta es de mínima, pero no por eso menos estratégica. Claro que en muchos establecimientos no solo ponen en práctica estas recomendaciones, sino muchas más, que son las que les permiten logran índices de preñez y destetes superior al 85% todos los años. Esta iniciativa apunta a aquellos que aún no lo hacen y cuyos resultados no solo afectan la productividad nacional, sino su propia sobrevivencia”, le explicó a Motivar el MV Juan Carlos Aba, presidente de Caprove.
Puntualmente, la Cámara elaboró un plan sanitario básico para rodeos de cría (ubicados en la zona centro del país), orientado a las categorías vaca, toros, vaquillona y terneros, considerando incluso la recría (Ver ejemplos en Tablas N° 1 y 2).
Además, los referentes de las empresas de la Caprove avanzaron en recomendaciones mínimas, pero de cumplimiento estratégico para el engorde de novillos a campo y el feedlot.
Allí, se destaca el valor de la buena utilización (recomendada y supervisada por un médico veterinario) de vacunas, antiparasitarios, minerales y vitamínicos, así como de prácticas de manejo simples, pero que no siempre se cumplen. La propuesta suma también adicionales específicos para el caso de la región Norte del país, cada vez más activa en la producción bovina.
“Si bien siempre debe ser el asesor veterinario quien determine los planes sanitarios a emplear en cada establecimiento, ponemos a disposición estas sugerencias porque sabemos que aún hoy en muchos establecimientos se subemplean tanto el conocimiento, como las tecnologías que tenemos disponibles”, sostuvo el presidente de Caprove.
¿Por qué intentarlo?
Como se dijo, las enfermedades de los bovinos generaron pérdidas cercanas a los US$ 2.500 millones en la ganadería nacional durante 2021. Este debería ser motivo suficiente para replantear cualquier tipo de política o decisión que no contemple la importancia del tema. “El año pasado se invirtieron $518 por animal y por año en planes sanitarios para bovinos, de los cuales $338 correspondieron a la utilización de productos para prevenir la aparición o mayor manifestación de enfermedades en los rodeos del país. Este valor debería haber sido de $613 por animal y por año para evitar las pérdidas anteriormente mencionada”, resalta la actualización generada desde Caprove. Y destaca: “Se debería realizar una inversión extra de $275 por animal y por año para incrementar un total de 950.000 toneladas producidas como país. Esto representa una rentabilidad de $17 por cada 1 invertido por los productores”. ¿Qué más hace falta para intentarlo? (Motivar)